El Molí de Vila fue construido en el siglo XIX por Salvador Vila Bellver, en un momento de cambio hacia la industrialización. El molino tomaba su fuerza de la acequia de Mislata y se dedicaba a moler materia prima para la industria cerámica procedente de Manises.
Más tarde, en 1913, Rafael Vila, hijo de S. Vila moderniza las instalaciones instalando una máquina de vapor para no tener que depender así del caudal de la acequia. En la postguerra se le añade la instalación eléctrica y la máquina de vapor desaparece.
La riada de 1957 también afectó al Molino, que lo dejó inutilizado, pero aun si, se volvió a poner en funcionamiento hasta su cierre en 1989.
En 1996, el Molí de Vila, que se encontraba en desuso pasó a ser el Auditorio de Quart de Poblet, como símbolo característico del municipio, pero el edificio ya amenazaba con derrumbarse y solo se conserva lo que era el perímetro del antiguo edificio, respetando los accesos originales y el espacio del que en un principio era el terreno del molino y el huerto.
A día de hoy, todavía se conservan los mismos árboles y la misma puerta lateral que antaño.
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