En la actualidad sólo quedan restos de la fachada principal y parte de la nave central, testigos de la actividad fabril, de gran importancia económica y artesanal para la ciudad de Manises. Estos elementos están integrados en una pequeña plaza rodeada de grandes fincas de viviendas familiares.
La construcción está hecha en obra de ladrillo con rebozado, y para la gran portalada de acceso utilizaron sillares de piedra.
Esta fachada, de estilo neogótico, inspirada en la portada principal de la Lonja de Valencia, se organiza de forma simétrica.
La portalada central marca el eje central con un lienzo de muro que sobresale del resto, coronado con almenas. El otro elemento que acentúa la parte central de la fachada es la decoración en yeso de agujas, los medallones y sobre todo el arco conopial.
Bajo este arco figura en relieve un jarrón del tipo de la Alhambra flanqueado por dos ramas de laurel, símbolo de la producción más prestigiosa de la fábrica: la loza de reflejo metálico de estilo hispano-árabe.
A cada uno de los lados del acceso principal hay una ventana de arco escarzano enmarcado por una moldura en yeso sobre ménsulas.
Los lienzos de los muros laterales están decorados en yeso y, en el interior, la nave central se alza sobre pilares de gran altura donde descansan las encabelladas de cinco desnudos que hacen de apoyo para la cubierta de teja árabe.