Villamarchante acogió entre los años 1889 y 1969 la línea ferroviaria C-4 de cercanías de Valencia. Era una línea que unía las localidades de Valencia y Llíria pasando por un gran número de municipios como Manises, Quart de Poblet, Xirivella o Villamarchante. Pero de ella apenas quedan restos, no obstante, en Villamarchante nos encontramos un puente ferroviario de la propia línea.
Este puente fue construido en el siglo XIX, con toneladas de hierro, y es un recurso turístico muy singular, ya que a lo largo de toda la línea, entre los actos vandálicos y los desastres naturales como la riada del 1957, difícilmente podemos encontrar estructuras de este tipo. Es una gran suerte conservarlo, ya que es historia viva de Villamarchante. Por este punto han pasado millares de villamarchanteros y se han trasladado kilos y kilos de mercancías, desde frutas y otros productos perecederos hasta largos troncos de árboles procedentes de los montes de Moya y Rincón de Ademuz, pasando por «bocoys» de vino de las numerosas bodegas existentes en la población. Además, conecta la vía verde con el parque fluvial del Turia. Lugares primordiales para todo aquel que quiera disfrutar de una caminata por la naturaleza acompañado de las aguas del río Turia, y de la gran fauna y flora que compone el Parque Fluvial.
Hay que destacar que este puente no esta muy bien conservado, por lo que hay que tener cuidado si queremos atravesarlo y siempre ir por las placas que están por el lateral del puente.
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