Benaguasil
La privilegiada situación del territorio donde se asienta Benaguacil y su término municipal, junto al río Turia, en terrenos ondulados orientados hacía el mediodía y antes de las primeras elevaciones montañosas del Norte y Noroeste de Valencia, la extraordinaria fertilidad de su suelo y su clima delicioso, han sido los factores que han provocado que, a lo largo de su historia, haya sido ocupado por los más diversos pueblos desde la más remota antigüedad.
Su historia nos presenta una serie ininterrumpida de invasiones en sus más diversas formas, hostiles o pacíficas, de unos pueblos del exterior, helenos, fenícios, cartagineses, romanos, visigodos y musulmanes, cuyas culturas se mezclaron con la autóctona, confiriéndole una personalidad propia.
utensilios domésticos y agrícolas que, junto con la configuración topológica de los restos de las construcciones, atestiguan el carácter eneolítico e ibero de estos asentamientos.
A partir del año 1050 a. de C., los fenicios establecen un intenso intercambio comercial y cultural con las tribus iberas próximas al litoral. Los productos de nuestras huertas fueron intercambiados durante siglos con estos pueblos navegantes.
donde se han encontrado numerosos restos de cerámica argárica, variados molinos barquiformes, utensilios domésticos y agrícolas que, junto con la configuración topológica de los restos de las construcciones, atestiguan el carácter eneolítico e ibero de estos asentamientos.
A partir del año 1050 a. de C., los fenicios establecen un intenso intercambio comercial y cultural con las tribus iberas próximas al litoral. Los productos de nuestras huertas fueron intercambiados durante siglos con estos pueblos navegantes.
La Segunda Guerra Púnica provocó la venida de los Romanos a la Península para cortar el avituallamiento de las tropas de Anibal que se encontraban en el centro de la Península Itálica. Gneo Cornelio Escipión desembarcó en Ampurias en Agosto del 218 a. de C., y al año siguiente lo hizo su hermano, el procónsul Publio Cornelio Escipión, quienes en una primera fase fueron venciendo a Cartagineses e Iberos,conquistando una amplia faja del litoral mediterráneo desde Ampurias al golfo de Cádiz y que comprendía los valles del Ebro, Turia, Jucar, Segura, Guadiana y Guadalquivir.
Tito Livio dice que “la costa mediterránea y toda la Hispania que mira a Levante, era de Escipión”.
Los historiadores atribuyen a Benaguacil, como conjunto urbano, un origen hispano-musulmán. Señalan que la “medina” musulmana se asentó sobre o junto a construcciones iberas e hispano-romanas cuyos vestigios, como acabamos de ver, se encuentran por todo el territorio.
La estabilidad del Imperio Omeya, tanto en el siglo IX como en el X, se basó, en parte, en el establecimiento de un sistema defensivo que garantizara la seguridad de las vías de comunicación y avalara la protección de las ricas zonas agrícolas. Del análisis del territorio castral, podemos deducir que la “Torre de Felx”, que aparece en el “Libre del Repartiment”, junto a la “Torre del Homenaje”, origen del Castillo, abundantemente documentada y lamentablemente desaparecida, y el recinto murado de “El Castellet”, cuyos restos arqueológicos se conservan, en parte, estaban todos ellos conectados visualmente entre si y con las atalayas de Villamarchante, Ribarroja, torre Bofilla en Bétera y Paterna formando una red de vigilancia y defensa que aseguraba una comunicación rápida y una protección eficaz para las personas y sus bienes.
Fuente:Ayuntamiento Benaguacil